Luego de unas fatigadas pero sustanciosas horas de lectura -de esas que el lector queda deslumbrado por el estilo del autor- termino de hojear “La Puta de Babilonia”. Un ensayo con el que Fernando Vallejo pretende rebatir las “verdades” irrebatibles sobre las que se afirma la Iglesia Católica. Y digo irrebatibles, porque ese sancocho de gente que llamamos sociedad asume o presume de la buena fe de una organización obscura, inquisidora y discordante moralmente.
El autor, un filipichín intelectual que a causa de su delirante raciocinio humano se perdió en los entresijos de la incredulidad y se le murió la fe, se atrevió a negar la existencia del salvador Jesús y dice, palabras más palabras menos, que Dios no existe o no le interesa su existencia. Lo anterior, junto con una excelente narrativa y una ardua investigación histórica, dieron como resultado una obra que coloca en ridículo todo lo concerniente a la Iglesia Católica. Pero, lo que fue y es hoy la Iglesia Católica no puede dar motivos para pervertir la imagen de Dios y sus designios, ya que Dios no esta ligado a empresas hechas por hombres productores de verdades. Entonces, el autor pasa a ser un ignorante de la verdad igual que los millones de fans de Iglesia Católica’s Club.
Si tú, amigo lector, perteneces a ese club y eres ese tipo de personas criadas con avemarías y mazamorras desde su niñez, obviamente te parecerá un insulto a vuestra integridad, pero ese no es mi interés. Sabes que ocurre, que como dice Vallejo: la Iglesia católica y sus secuaces adquieren un mutismo ordinario cuando alguien les critica sus razones, se hacen inmunes a un debate. Y no es para menos, porque saben que en el fondo de todos sus subterfugios, yacen sus verdades mentirosas. Y un tanto más, a lo largo de la historia han cometido errores que les obligan a reestructurar sus principios. Qué otra cosa distinta podrían aducir sino: “eres un resentido”, “eso es el pasado”, “eres ateo”, “es mentira”.
Te invito a leer con prudencia y sabiduría “La Puta de Babilonia”, un libro agitado, diferente, insurrecto, ateo pero con fuertes argumentos que te obligan a reflexionar sobre este bibelot llamado religión.
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